La construcción sostenible es mucho más que un concepto técnico: es una nueva manera de concebir los espacios que habitamos, integrando principios de responsabilidad ambiental, equidad social y eficiencia económica. Su propósito es claro: satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos de las generaciones futuras, generando entornos que mejoren la calidad de vida, reduzcan los impactos ambientales y promuevan un desarrollo económico equilibrado.
A nivel internacional, la conciencia sobre la necesidad de transformar la forma de construir se fortaleció en la década de 1970, en respuesta a las crisis energéticas y los crecientes signos de degradación ambiental. Desde entonces, han surgido diversos estándares, certificaciones y marcos de actuación que buscan orientar prácticas más responsables, como LEED, BREEAM y EDGE, entre otros.
En Latinoamérica, Colombia es pionero en construcción sostenible, comenzó a tener mayor protagonismo a partir de la primera década del siglo XXI. Eventos como el Foro Urbano Mundial realizado en Medellín en 2014, y políticas nacionales como el Plan Nacional de Construcción Sostenible, marcaron hitos en la discusión y promoción de estos principios. Hoy contamos con importantes instrumentos normativos, como:
- Resolución 0194 – de abril de 2025 que sustituye la Resolución 549 de 2015 del Ministerio de Vivienda, que establece criterios para edificaciones sostenibles.
- Guía de Construcción Sostenible del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
- Normas RETIE y RETILAP, que aunque técnicas (eléctrica e iluminación), incluyen criterios de eficiencia energética.
- Certificación CASA Colombia, una adaptación local de buenas prácticas para viviendas sostenibles.
- Normatividad local como los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) en ciudades como Bogotá y Medellín, que integran criterios de sostenibilidad urbana.
La aplicación de estos marcos normativos no es un formalismo, es un compromiso vital: contribuyen a reducir las emisiones de carbono, preservar la biodiversidad, mitigar riesgos ante desastres naturales y promover el bienestar social y económico. En un país como el nuestro, megadiverso pero vulnerable frente al cambio climático, aplicar la construcción sostenible es una oportunidad para transformar riesgos en resiliencia, desigualdad en inclusión, y degradación en regeneración.
En este contexto, construir de manera sostenible no es solo una cuestión técnica o estética; es, ante todo, un acto de responsabilidad ética. Guardando coherencia con los tres componentes del Desarrollo Sostenible:
Desde esta mirada integral, lo SOCIAL asistido de la psicología ambiental aporta una dimensión fundamental: comprender cómo los espacios influyen en las emociones, las conductas y las dinámicas sociales. Diseñar desde esta sensibilidad significa construir lugares que nutran la salud mental, fomenten la cohesión comunitaria y cultiven el sentido de pertenencia de sus habitantes.
En el plano AMBIENTAL, la construcción sostenible se convierte en una herramienta activa de mitigación y adaptación al cambio climático. Integrar estrategias de resiliencia, valoración del ciclo de vida de materiales, proteger los ecosistemas circundantes y favorecer soluciones basadas en la naturaleza son decisiones que deben estar presentes desde la concepción misma de cada proyecto.
Desde el enfoque ECONÓMICO, el diseño bioclimático, la eficiencia energética e hídrica, y el uso de materiales locales son pilares que no solo mejoran el desempeño ambiental, sino que también ofrecen rentabilidad, reduciendo costos de operación y mantenimiento a lo largo del ciclo de vida del edificio.
Construir con enfoque sostenible es construir con sentido. Es tejer un diálogo profundo entre la naturaleza, la cultura y la innovación tecnológica. Es reconocer que cada espacio que creamos tiene el potencial de ser un catalizador de bienestar, resiliencia y futuro para nuestras comunidades.
Hoy, más que nunca, quienes diseñamos y materializamos espacios habitables tenemos una misión: diseñar y edificar con una mirada crítica hacia las generaciones venideras.
